40 claves para una educación positiva y respetuosa - Relaciones en positivo
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educación positiva y respetuosa

40 claves para una educación positiva y respetuosa

Sin ninguna duda los adultos tenemos un desafío enorme al querer cambiar el clima en el que se desarrollan hoy en día las relaciones con los niñ@s.
La mayoría nos hemos criado y educado bajo un clima de autoritarismo y verticalidad que ha conformado en nosotros una creencia sobre los límites y la disciplina que reproducimos constantemente por miedo a que los niños se conviertan en futuros adultos sin habilidades socioemocionales. Lo malo en algunas ocasiones es la reacción al polo opuesto, es decir no querer practicar el autoritarismo y decidir ser permisivos, siendo esto último igual de irrespetuoso con el niñ@ al fin y al cabo genera una clase de incapacidad.
El reto que se nos plantea es ejercer nuestro desempeño sin usar el control desde el punto de vista punitivo y conductista y queriendo hacer pagar a los niños por su mal comportamiento.

Generar un clima en el que los adultos inviten a reflexionar a los niñ@s sobre las consecuencias de sus actos sobre ellos mismos y sobre los demás, requiere entre otras cosas hacer una revisón sobre el concepto y visión que tenemos de los castigos ante una mala conducta.

Según Álvaro Bilbao, doctor en Psicología, neuropsicólogo y autor de «El cerebro del niño explicado a los padres», los progenitores actúan de esta manera siempre confiados en que el niño aprenda un buen comportamiento. Pero no es una buena decisión, «puesto que produce en los niños sentimientos de culpabilidad, de frustración, de no conseguir lo que ellos quieren… Todo ello genera en su cerebro un autoconcepto muy negativo sobre ellos mismos, lo que resulta muy perjudicial. Un niño que cree sobre sí mismo que es valiente y obediente —explica—, se enfrentará a la vida sin miedo, con valentía y obedecerá mucho más que un pequeño que está convencido de que es un desobediente y, por tanto, se comportará como tal porque lo tiene muy asumido».
A continuación voy a compartir

40 estrategias

que ayudarían en gran medida a generar en el niñ@ un sentimiento de capacidad, colaboración, pertenencia y autoestima. Educación positiva y respetuosa.

1. Busca las necesidades que desean cubrir
Si es de cariño, de sueño, de entretenimiento, de hambre, hasta no reflexionar sobre esto y enfocarte en cubrir esa necesidad posiblemente sólo valores la situación molesta

2. Ofrece información , anticípate y verifica que lo ha entendido
Si vamos de compras, informa con anterioridad de cuanto tiempo vais a estar y verifica que lo ha entendido.

3. Busca sentimientos que pueden estar ocultos tras el comportamiento, puedes validar ese sentimiento aunque no tienes que estar de acuerdo con el comportamiento.

4. Enfócate en solucionar de forma práctica
A veces es más fácil que tratar de cambiar al niño. Si tu hijo por su curiosidad innata abre el sitio donde guardas las medicinas, pon un cierre de seguridad.

5. Redirige el comportamiento tu hijo dándole alternativas. Si no quieres que tu hijo pinte las paredes de tu casa ,habilita con él un espacio en casa para que desarrolle su creatividad y que sea su zona de dibujo.

6. Demuestra lo que quieres que tu hijo haga, no lo que no quieres que haga
Si tu hijo pega a otro niño en el parque , muéstrale como tratar con cuidado y amabilidad al otro.

7. Haz preguntas de curiosidad en lugar de órdenar
Tomar decisiones otorga poder a los niños. Las órdenes invitan a una lucha de poder. Ejemplo: “¿Te gustaría lavarte los dientes antes o después de ponerte el pijama¡”

8. Haz pequeñas concesiones siempre que no contradigan las pautas que previamente se han podido pactar en casa.
Ejemplo: “Dejaré que te saltes el lavarte los dientes esta noche porque estas muy cansado”.

9. Proporciona un periodo de preparación. Es decir anticipate
Ejemplo: Si tienes invitados para cenar, dile a tu hijo cómo esperas que se comporte. Se específico. El role-play puede ayudar a preparar al niño para situaciones potencialmente difíciles.

10. Permite al niño que experimente las consecuencias naturales de sus actos
No rescates siempre y cuando esto no suponga poner en peligro la seguridad del niño. Si habeís pactado en casa que la ropa tras la ducha se echa al cesto, si el niño no lo hace, la consecuencia es que no tendrá la ropa limpia cuando la necesite.

11. Proporciona al niño vocabulario emocional compartiendo con él como te sientes por un comportamiento pero no le hagas sentir culpabilidad.

12. Es fundamental poner en práctica el respeto al niño, pero también el respeto hacia ti mismo y hacia la situación.
Ejemplo: Si tu hijo insiste en cruzar la calle corriendo, agárrale la mano firmemente pero con la suficiente amabilidad (mientras le explicas los peligros).

13. Abraza a tu hijo.
Los niños que se comportan de forma agresiva se pueden beneficiar del abrazo, de un modo amoroso y compasivo, que les permita canalizar sus sentimientos reprimidos en lágrimas curativas.

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14. Retiraa tu hijo de la situación y quédate con el.
Usa el tiempo para escuchar, compartir sentimientos, abrazar a tu hijo, y resolver conflictos.

15. Hacerlo juntos. Se juguetón.
Muchas situaciones de conflicto se pueden convertir en juegos. Ejemplo: “Hagamos que somos los siete enanitos mientras limpiamos.” “Hagamos turnos cepillándonos los dientes el uno al otro.”

16. Usa el sentido del humor
Ejemplo: Si tu hijo esta enfadado contigo, invítale a expresar su enfado con una divertida pelea de almohadas contigo. Juega tu parte rindiéndote dramáticamente. La risa ayuda a resolver la rabia y los sentimientos de impotencia.

17. Llega a acuerdos.
Ejemplo: Si estás preparado para irte del parque y tu hijo se lo está pasando bien, alcanza un acuerdo con él acerca del número de veces que podrá tirarse del tobogán antes de irse.

18. Hacer juntos resolución de conflictos.
Discute los conflictos en curso con tu hijo, expón tus propias necesidades, y pídele ayuda para encontrar soluciones. Determina las normas junto con tu hijo. Ten reuniones familiares.

19. Revisa tus expectativas.
Los niños pequeños tienen sentimientos y necesidades intensos y son naturalmente ruidosos, curiosos, desordenados, tercos, impacientes, exigentes, creativos, despistados, miedosos, egocéntricos, y llenos de energía. Trata de aceptarlos como son.

20. Tómate un descans y usa un tiempo fuera positivo
Abandona la habitación y haz lo que necesites para recuperar la calma y el buen juicio. Ejemplo: Llama a un amigo, llora, medita, o date una ducha.

21. Haz preguntas: ¿Qué pasó?; ¿Y ahora, cómo lo resolverás?; ¿Qué crees que ocasionó que pasara?; ¿Qué aprendiste de esto? Es probable que las primeras veces que implementes esta herramienta, tus hijos contesten “no sé” porque están desconcertados sobre la nueva forma en que actúas cuando ellos sobrepasan un límite, entonces, si te contesta “no sé” tú simplemente dile: “eres bueno(a) resolviendo problemas, ¿porqué no lo piensas un momento y luego retomamos para que me cuentes tus conclusiones?”.

22. Evita las luchas de poder. Cuando tu hijo esté en negación y no te haga caso, evita entrar en lucha de poderes para tratar de obligarlo porque esto puede ser muy desgastante y un círculo visicioso. En muchas ocasiones es muy efectivo decirle lo que tú harás en lugar de obstinarse en que él cumpla una orden en ese mismo instante, por ejemplo: “Lavaré solo la ropa que esté en el cesto”, ó “Si no juntas tus juguetes luego de jugar con ellos, como quedamos, lo recogeré yo y quedarán guardados por un día”.

23. Expresa cómo te sientes: “Estoy muy molesta(o) por lo que acabas de hacer y me gustaría contar con tu ayuda para solucionarlo”.

24. Confía en que tu hijo(a) sea quien es diciendo: “Estoy seguro(a) que puedes pensar en una solución útil para resolver este problema, confío en ti”.

25. Motiva el respeto diciéndole a tu hijo(a): “Sé que puedes decir lo mismo de una manera respetuosa, no responderé a esos modos”.

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26. Aplica tiempo fuera positivo diciendo: “Estoy muy enojada(o) con lo que acabas de hacer, pero como me importas, esperaremos a que podamos calmarnos ambos para ser respetuosos y continuar con esta conversación”.

27. Actúe sin hablar: Simplemente tome la mano del niño(a) y muéstrele lo que debe hacer.

28. Utilice frases amables y firmes a la vez: “Es momento de subirnos al auto, jugaremos a lo que tú quieres más tarde”.

29. Cuando el niño está en plena rabieta (fuera de casa), lo tomas de la mano (o en brazos) y le dices: “Es necesario irnos ahora, lo intentaremos otro día”.

30. Aplica la consecuencia lógica que se haya acordado en la reunión familiar: Habla previamente con tus hijos y diles qué pasará si una regla no se cumple para que esté prevenido y sepa que sus elecciones tienen consecuencias.

31. Re-dirig la conducta: Los niño(a)s (y todas las individuos), están más dispuestos a reflexionar sobre sus actos cuando sus padres (u otras personas), les dan la posibilidad de intentarlo nuevamente en lugar de humillarlos por lo que hicieron. Así que si tu hijo hace algo que te disgusta, invítalo a hacer algo útil para la familia como una forma de recuperarse de su error.

32. Sé un ejemplo congruent: Si lo que estás tratando de pedirle a tu hijo(a) es que se calme y reconsidere sus acciones, no podrás hacerlo desde el enojo o la ira que sientes por lo que él/ella hizo. Deberás primero poder calmarte tú y pensar para saber que le dirás o cómo actuarás.

33. Aplica la fórmula: “privilegio = responsabilidad / falta de responsabilidad = pérdida de privilegio”. Tener cosas que nos alegran o facilitan la vida es un privilegio, la responsabilidad que acompaña a ese privilegio es cuidarlas.

34. Reuniones Familiares: Cuando un límite sea transgredido una y otra vez, en lugar de caer en los típicos sermones del tipo “pero lo hemos hablado cien veces”, retoma el asunto para discutirlo en reunión familiar y entre todos elaboren una alternativa más efectiva.

35. Considera los comportamientos desafiantes como oportunidades para adquirir habilidades de vida: Por ejemplo, después de un conflicto, ya en la etapa de calma, invita a tu hijo a hablar sobre lo sucedido, enséñales cuáles son las formas correctas de hacer o pedir las cosas. Conforme vaya creciendo, irá incorporando estos aprendizajes.

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36. Ayúdalo a identificar sus emociones: Expresar lo que pensamos y sentimos no es cosa fácil. Ni siquiera muchos adultos pueden hacerlo. Crea una cartulina con caritas (emoticon0s) con expresiones básicas como alegría, tristeza, enojo, miedo, asombro, etc. y enseña a tu hijo sobre esas emociones. Dile que cuando no pueda decirte cómo se siente, puede recurrir a la cartulina para señalártelo.

37. Usa cuentos y juegos para entrar en su mundo. El juego y los cuentos son primordiales en la infancia y un excelente camino para educar. Adquiere libros que fomenten valores, que hablen de hábitos y situaciones de la vida cotidiana que pudiera vivir tu hijo y léelos con él/ella. En algún momento que vivas una situación relatada en alguno de los cuentos, recurre a esa información como auxiliar en el problema.

38. Entrena y da seguimiento: Nadie nace sabiendo, por tanto, si queremos que nuestros hijos sean cooperadores y hagan las cosas que les pedimos, en necesario tomar el tiempo previo para entrenarlos y explicarles los procedimientos. Jugando también se puede enseñar, no olvides que el aprendizaje se adquiere mejor si está relacionado a una experiencia positiva.

39. Conecta con tu hijo(a): Nunca olvides que el arma más poderosa para evitar el mal comportamiento es darle a tu hijo(a) el mensaje de amor. Asegúrate de hacerle saber que es importante y valioso(a). Como dijo el Dr. Dreikurs: “Un niño mal portado es un niño desalentado” Alienta a tu hijo(a) con amor y conéctalo a tu familia.

40. Sigue la regla de oro de la crianza respetuosa: Ponte en el lugar del niño y trátalo cómo te gustaría ser tratado en la misma situación.

Fuente: Aletha Solter y Carla Herrera de Pequeño Gran Humano
 
 
Firma

Carmen Fernández Rivas
 
Educadora Certificada en Disciplina Positiva para Padres y en el Aula (CPDPE) & (CPDCE) por la Positive Discipline Association EE.UU.
Positive Discipline Association
 
 

 
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