
De mayor te quiero asertivo e independiente, ahora te prefiero sumiso y obediente.
Queremos hijos que cuando crezcan sean asertivos, independientes y con una gran fuerza de voluntad, pero mientras sean niños los preferimos pasivos, moldeables y obedientes, de esa forma es mucho más fácil y cómodo, ¿No es una contradicción?, las habilidades que deseamos para nuestros hijos o nuestros alumnos en el futuro podrían llenar listas interminables de valores y fortalezas que en la mayor parte de los casos no estamos moldeando en el momento presente. ¿Entonces qué referencia van a tener para poder llegar a ese destino que tanto deseamos los adultos para ellos?
Puestos a desear querríamos para los niños una lista como esta:
Risueños
Respetuosos
Cariñosos
Agradecidos
Seguros de si mismos
En paz con la vida
Inquietos y resolutivos
Proactivos
Libres de pensamiento
la lista podría ser interminable…
Bien, ahora pensemos en un listado de los retos diarios a los que nos enfrentamos;
Desmotivación
Desobediencia
Conductas retadoras
Falta de empatía
Competitividad
Inseguridad
Impaciencia
Buylling
y otro largo etc…
Ahora tras esta reflexión, pensemos ¿Cuándo nos enfrentamos a los retos diarios de la segunda lista, ¿nosotros adultos, respondemos motivados, sin retarlos, empáticos, seguros, pacientes…? o bien ¿intentamos por todos los medios sofocar cualquier conducta disruptiva de cualquier manera?
La conclusión entonces podría ser que a los niños les va a resultar díficil alcanzar esas habilidades y cualidades que deseamos para ellos ,si por un lado no les ofrecemos un espejo coherente en el que mirarse y por otro lado los queremos sumisos y y sin cuestionamientos.
Para enriquecer este pensamiento voy a compartir un artículo que me ha llegado y que hace una magnífica reflexión sobre esto.
«Hay algunos niños que nacen en el mundo con el increíble regalo de la vida de una gran fuerza de voluntad y un espíritu indomable. Estos niños son a menudo profundamente incomprendidos, y hay filas de libros en los estantes de con instrucciones sobre cómo romper su voluntad, cómo someter a su espíritu, cómo forzar su obediencia.
Qué increíble la pérdida de liderazgo, pasión y visión sufre este mundo cuando los padres siguen estas prácticas punitivas de crianza.
Echa un vistazo a algunas de las descripciones comúnmente utilizadas para referirse a las características de un niño de carácter fuerte:
Exigente, insistente, terca, mandona, arrogante, difícil, impulsiva, cuestionador, rebelde, desafiante
Ahora mira algunas de las características comunes de los adultos que son líderes mundiales;
Ceo ‘s, emprendedores, innovadores, decidida, persistente, autoritario, confiado, valiente, comprometida, ingenioso, no conformista.
Tenga en cuenta que las características son las mismas, pero las características son negativas, cuando se aplica a un niño y positivas cuando se aplica a un adulto.
Otras características de los niños de carácter fuerte, que coinciden con las características de los líderes de los adultos en sus campos son:
Por lo general, son muy creativas e inteligentes.
Por lo general son apasionados e intensos en sus intereses y creencias.
A menudo tienen una insaciable necesidad de saber por qué.’
Normalmente aprenden haciendo.
Ellos tienden a tener una intensa necesidad de probar el statu quo.
Ellos tienden a necesitar altos niveles de validación.
Normalmente tienen una intensa necesidad de ser escuchados.
A menudo tienen una fuerte necesidad de seguridad emocional.
Tienden a ser resistentes al cambio, a menos que se sienten como si tuvieran algún tipo de control sobre el cambio.
A menudo son muy sensibles.
Tienden a ser conscientes y muy comprometidos.
Por lo general son intensamente independientes.
Aunque no hay duda de que es un reto tener un hijo que parece desafiar a todo, hay formas de trabajar con ellos en lugar de contra ellos para preservar y cultivar sus dones únicos.
El Mantenimiento de una sana relación entre padres e hijos es vital para encontrar un equilibrio entre establecer límites ricamente con su espíritu de niño mientras no limitamos su libertad para crecer y convertirse en la persona que fueron creados para ser.
La clave para preservar la confianza de tu relación con tu hijo es permanecer tranquilo y acompañar apoyando, mientras se establecen y mantiene límites razonables.
Es útil recordar que la fuerza de voluntad de la mayoría de los niños tienden a ser un reflejo de sus padres. Así que en lugar de ver problemas en sus aparentes desafíos o intentos de frustrar los planes de trabajo, a la autoridad de los padres, pasemos a comprender que la fuerza de voluntad del niño es en realidad, un descubrimiento sobre su misión y está haciendo un sinfín de «Investigaciónes» sobre ti por el ensayo y la repetición y modelando para descubrir todos tus fortalezas y debilidades.
Esto no tiene que ser negativo si no lo convertimos en una lucha de poder y respondemos con una respetuosa orientación.
Tomando esta postura te ayudará a dejar de ver los retos como insultos personales y, en lugar de ello, ver los retos como los intentos de aprender y crecer y entender.
No hay duda, sin embargo, que la crianza de un hijo con el regalo de una gran fuerza de voluntad es un ejercicio constante de paciencia y autorregulación.
El crecimiento personal será inmenso, pero puede ser agotador y a menudo tendrás que alejarte de tu zona de confort».
Algunas estrategias específicas para el manejo de los retos que te ayudarán a responder con calma y con eficacia: http://www.littleheartsbooks.com/…/the-gift-of-a…/-L.R.Knost
Cita: Sarah Stogryn Birth & Wellness
«¿Te ha parecido útil este post? si crees que son interesantes las herramientas e información que te he presentado o si conoces alguna otra, déjame tus comentarios.
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Carmen Fernández Rivas
Educadora Certificada en Disciplina Positiva para Padres y en el Aula (CPDPE) & (CPDCE) por la Positive Discipline Association EE.UU.
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