Algo está cambiando, las familias y los profes ya no son enemigos | Educación positiva
Siempre he sentido un inmenso respeto por la labor que ejercen los docentes en nuestra sociedad, la verdad, es una profesión muy vilipendiada y sinceramente creo que mal retribuida.
Soy madre de un chaval de 12 años y nuestra experiencia en la escuela no ha sido idílica precisamente, aún habiendo sufrido violencia verbal y física por parte de sus profesores durante cierto periodo de primaria, esto no me ha hecho demonizar la profesión de la docencia, como en todos los ámbitos de la sociedad hay quien ejerce con responsabilidad y criterio y quien lo hace movido por una experiencia maltrecha e influenciados por sus propias carencias.
La familia esta en un momento de profundo cambio, debido principalmente a la incorporación de la mujer al mundo laboral, al distanciamiento entre el lugar de trabajo (y estudio en muchos casos) y el domicilio y debido también a los nuevos tipos de familia (monoparentales, divorciadas, separadas, reestructuradas…). La transformación se puede observar no solo en su composición, sino en su finalidad y funciones. En el pasado, la familia tenía la necesidad de enseñar a los hijos como comportarse dentro de la sociedad, de darle una formación en valores. El niño debía aprender aptitudes fundamentales como hablar, asearse, obedecer a los mayores, distinguir a nivel primario lo que está bien de lo que está mal… Todo ello conforma lo que se conoce como ‘socialización primaria’.
Cuando la familia se ocupaba del desarrollo de la personalidad y afectividad del niño, la escuela podía ocuparse de enseñar.
Hoy en día sabemos que para que los niños tengan éxito en la vida y adaptación social, no siempre esto se debe a tener un coeficiente intelectual alto y de la misma manera sabemos que el fracaso escolar no se debe únicamente a déficit de carácter intelectual, pero lo que cada vez se pone de más relevancia es que las experiencias emocionales mal resueltas en la infancia dan lugar a comportamientos disruptivos, dispedagogías y desadaptación.
Cada vez es más evidente que la mejora de la sociedad necesita de una educación integral que la contemple con un enfoque global del aspecto académico y del afectivo.
Por tanto, familia y escuela son dos contextos próximos en la experiencia diaria de los niños, que exige de un esfuerzo común para crear espacios de comunicación y participación de forma que le den coherencia a esta experiencia cotidiana.
La comunidad educativa debe considerarse como un agente de desarrollo afectivo, es por ello que la escuela no debería pensar que su finalidad es sólo la de enseñar, teniendo en cuenta que estudios en neuroeducación y en inteligencia emocional demuestran que trabajar las habilidades socioemocionales de los niñ@s mejorarán no sólo la calidad de vida, también el comportamiento y el aprendizaje.
Desde que soy madre he oido y leido, como profesores se quejan amargamente de la intromisión y falta de empatía por parte de las familias hacia su labor, así como he escuchado y leido como a padres y madres les parece que no se les tiene en cuenta en la vida diaria de la escuela y en algunas ocasiones edifican un muro de animadversión hacia el docente.
Además de tener la mejor profesión del mundo (mamá) soy educadora de Disciplina Positiva para familias y docentes (Educación Positiva y Respetuosa) y mi labor como facilitadora de esta metodología me ha llevado a vivir una hermosa experiencia (ser partícipe de una jornada de formación conjunta a familias y a docentes) todos con una visión común, todos con una meta compartida.
El pasado 12 de noviembre en el CEIP DE Ntra. Sra. del Val, una comunidad educativa formada por familia y escuela unían sus fuerzas y ganas de mejorar la educación, compartiendo unas horas de reflexiones y aprendizaje que puso en evidencia que las familias y los profes no se miran con desconfianza, no se consideran enemigos, son perfectos agentes simbióticos de un cambio de visión de la educación. el arma más poderosa para transformar la sociedad.
LA MAYOR DISTANCIA ENTRE DOS PERSONAS ES EL MALENTENDIDO.
¿Y tú quieres ser partícipe de una cambio real en la educación de los niñ@s?
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Carmen Fernández Rivas
Educadora Certificada en Disciplina Positiva para Padres y en el Aula (CPDPE) & (CPDCE) por la Positive Discipline Association EE.UU.
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